Yo creo que Frida Sofía si existe
El martes 19 de Septiembre de 2017, un terremoto de 7.1 grados en la escala de Richter sacudió a Ciudad de México con toda su furia posible, derrumbando edificaciones, causando caos, pánico y cobrando vidas por doquier.
Una de las edificaciones en ruinas fue la Escuela Enrique Rébsamen, donde quedaron atrapados alumnos, maestros y personal de la misma. Comenzaron las labores de búsqueda y rescate inmediatamente y comenzó a surgir la historia de que, entre las ruinas se hallaba viva una niña de 12 años de nombre Frida Sofía, atrapada bajo el escritorio de su maestra.
Las redes se hicieron eco de la angustiosa tarea de rescate, se elevaron cadenas de oración por su salvación, se transmitió en vivo desde la escuela y la gente seguía la historia, minuto a minuto esperando en cualquier momento la noticia de que estaba ya afuera, viva con su familia.
Pasadas 24 horas, comenzaron a surgir informaciones contradictorias: sus padres no estaban en el sitio, las maestras no conocían a ninguna niña con ese nombre, y finalmente, el día jueves 21 las autoridades declararon que Frida Sofía nunca existió. Dieron por terminadas las labores de rescate en la escuela y achacaron la historia de la niña a una cadena de informaciones confusas sin base.
Se desató entonces una guerra de culpas en los medios y redes. Unos acusaban a Televisa de inventar la historia para ganar rating, como hizo un periodista en el 85 con la historia de Monchito. Otros, alegaban que si existió la información de parte de algunos rescatistas y autoridades y no entendían por qué lo negaban ahora.
Otros afirmaban que Frida Sofía había hablado y la habían escuchado. Muchas cosas pero ninguna comprobable. Al final, los titulares afirmaban: Frida Sofía nunca existió.
Pero yo difiero de los titulares. Frida Sofía existió y existe. Y existe por todos los sentimientos de solidaridad que despertó, el amor, la angustia. Existe porque miles de padres nos identificamos con la probable angustia de sus padres y volvimos la mirada hacia nuestros hijos con adoración y un instinto de protección aumentado.
Existe porque durante horas, días una sociedad tuvo el corazón en vilo ante la posibilidad de perder a una niña y sentir que fracasamos en la labor de asegurar su vida.
Existe porque alrededor de esa escuela había montones de voluntarios, muchos sin experiencia alguna poniendo lo mejor de si por ella y todos los niños que estaban allí.
Puede que haya nacido de una confusión de información, o de la mala voluntad de alguien de querer ganar fama con un rumor inventado pero, como el Universo es perfecto en su esencia, el malo no entiende que hasta en sus maldades el bien se levanta y una mentira despertó tantos sentimientos y acciones maravillosas que la convirtió en una realidad, superior a lo que esperaba.
Despertó al ser humano, quizás con más fuerza que el terremoto mismo, lo conmovió hasta su corazón.
Ahora es necesario volver la cara hacia nuestra vida y darnos cuenta de que hay miles de Frida Sofía que necesitan ser rescatadas y no están en las redes. Es la niña cuyos padres no tienen para darle desayuno para la escuela, o la que no puede tener zapatos o útiles. Es la vecina que está enferma y necesita una mano.
Frida Sofía es cada persona a quien podemos ayudar en el camino, en silencio, sin redes, sin glorias, sin fotos en Instagram ni RT en Twitter. Es el amor que podemos entregar y que se multiplica a cada paso.
Frida Sofía nos hizo ser verdaderos humanos por 48 horas. Mantengamos esa actitud para siempre.
Photo by Hugues de BUYER-MIMEURE on Unsplash
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