La "nueva" revolución femenina o el negocio de haber adquirido derechos sin delegar responsabilidades




En estos últimos tiempos, casi por casualidad me he comenzado a topar en forma virulenta con un montón de casos de mujeres que se preguntan insistentemente ¿y para qué demonios hice todo esto con mi vida? y la pregunta se refiere a la línea de vida de la mujer actual: liberada, profesional talentosa, independiente económicamente...pero con una carga ancestral imposible de abandonar y sin una pareja, contraparte, media naranja o lo que sea que dé la talla.

Me dispuse entonces (como buena mujer curiosa) y tratando de encontrar una respuesta a este fenómeno, a tabular la población femenina a mi alrededor y tratar de encontrar un patrón y , si era posible una respuesta a esa pregunta. Comencé por formación profesional y me encontré entre un grupo amplio de mujeres, desde amas de casa hasta profesionales de alta factura. Nada determinante.

Salté a la edad ! me dije optimista: seguro es un mal asociado a cierta edad de la mujer: 30, 40, 50, etc...pero nada de nuevo. La pregunta tenía eco en todas la edades. Me paseé por educación formal, color de piel, peso, talla, etc etc etc cualquier característica que me diera un indicio sin resultado. Hasta que me día cuenta que la única constante era la orientación que cada una tomó en un momento de su vida: todas somos (me incluyo, por supuesto) mujeres que asumimos y nos sentimos capaces de ser mujeres integrales, completas, competentes en cualquier campo y dignas de ser emblemas de una Revolución Femenina en sus mejores momentos.

Entonces empecé a indagar de la forma más tradicional que existe y enriquecedora: comencé a preguntar directamente a las involucradas, empezando por mí misma y pude sacar en limpio lo siguiente:

El hecho de que estemos a la par del hombre hoy en día y, en muchos casos por encima, que hayamos asumido responsabilidades antes vedadas a nuestro sexo solo por ser mujeres no nos liberó en cierto modo sino que nos hizo esclavas, en formas más sutiles.  Todo esto apoyado en el hecho de que la mujer liberada tiene nuevos retos pero no hay contraparte para esto: nuevos retos, nuevos trabajos pero sin abandonar las antiguas. Partiendo de esto, vemos ahora una nueva y bella mujer que se para a las 5 de la mañana, lava, plancha, cocina, manda niños al colegio, trabaja, limpia, recoge niños, hace tareas, cocina y (MUY IMPORTANTE) debe estar dispuesta a ser una conejita PlayBoy en la cama antes de dormir. Y vemos a un hombre más que feliz , contemplando la suerte que la vida le dío de tener troncoé mujer al lado...y él viendo Globovisión feliz en su cama!

De esa idea surgió el término que me gustó mucho "El hombre recostado" (término acuñado por mi buena amiga Cristy) para definir al nuevo hombre de hoy que , además de verse beneficiado por la revolución femenina (comparte responsabilidades a nivel laboral que antes eran sólo suyas) tiene la buenaventura de tener a su lado un clon de su madre, mezclado con su hermana, la mujer de servicio y su secretaria que le hacen la vida más fácil.

En este punto es que la pregunta inicial de ¿y para qué demonios hice todo esto con mi vida? toma relevancia porque es allí cuando la mujer se dice a sí misma  ¿para qué demonios me liberé si ahora sigo siendo la misma, con más trabajo y menos ayuda???  y, peor aún: sin una pareja que me apoye, ayude y asuma las riendas cuando sea necesario!!!

Realmente, me dí cuenta que en esta época la mujer demanda un hombre o compañero que esté a la altura de sus expectativas pero más allá de lo económico, en lo emocional, lo cotidiano, en la vida diaria. No es sólo un tipo que gane millones sino una pareja capaz de asumir su responsabilidad ante el colegio de los niños, hablar con la maestra con propiedad (no como la mayoria que no saben que preguntar), ser capaces de cambiar un pañal, cocinar, tomar decisiones en conjunto para establecer un plan de vida y, ser capaces de seguir cuidando a su dama como su princesa: sorprenderla, halagarla y hacerla sentir, de vez en cuando frágil sólo por gusto.

Mis amigas y yo, y me imagino que muchas otras mujeres ya se cansaron del hombre que se sienta a ver como su mujer progresa y resuelve. Quieren un hombre que entienda que la Revolución femenina también implica una Revolución masculina que no es un hombre con delantal. Es un hombre capaz de ir a la misma velocidad de su mujer y ser su apoyo, cómplice y caballero cuando se requiera.

¿Es mucho pedir?

Comentarios

  1. Si. Definitivamente es mucho pedir. Es más que un compromiso conmigo mismo el deber de la verdad, y es indiscutible que la Liberación Femenina es la Esclavitud más provechosa que se inventó para el hombre.

    Mirándolo desde todo punto de vista, a nosotros nos conviene también que las novias o mujeres de otros ¡salgan con amigas a los bares! Eso antes de la Revolución era innombrable y de muy mal gusto. Hoy, los hombres tenemos a quienes metérnosles en los bares a hablar, departir, bailar, etc, etc (entre más etcs, mejor).

    Queda demostrado entonces que esta, y otras Revoluciones (como del Siglo XXI y demás), lo que hacen es joder más a quienes quieren vivirla, porque los que se la inventan la pasan del carajo. Por cierto, tengo entendido que la Revolución Femenina la inició un hombre.

    Tendría demasiado por comentar pero antes quiero halagar tu forma de escribir que me mantuvo atento durante toda la lectura. Gracias por compartir tu blog y presentarlo.

    Un abrazo, y felicitaciones.

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  2. Ante todo que bueno que te animaste, me alegra.

    Yo creo que sií estás pidiendo bastante, sin pensar mucho el tema la pregunta que me surge es ¿y si el hombre no quiere caminar ese cámino?
    lo digo porque con toda esas cosas que en estos días la mujer es esclava, yo no me ánimo. en todo caso porner al hombre a la par serían dos esclavos que se ayudan? y si los liberamos a los 2? o cómo se puede liberar una mujer de esa esclavitud?
    Por otro lado no me gustaría que me pidan cosas que no puedo hacer, cada quien en lo suyo, es decir, no es que no pueda planchar, o fregar y esas cosas. Pero no me pidan que diga que las flores son lindas porque no lo veré al menos que sea mujer.

    Por lo demás entiendo tu queja, nosotros los hombres también tenemos las nuestras, me voy a lavar los platos.

    Me gustó mucho Saludos

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  4. Excelente pimera entrada de blog

    En verdad la vida de la mujer tanto en en ámbito de la casa y laboral no es fácil y más cuándo los hombres, sus compañeros( novios, esposos, resuelve, arejuntados) no le hacen la carga más ligera.

    Si en las estadísticas de las cuentas nacionales de la ONU se valorara el trabajo femenino, este sería de magnitud impresionante. Es más soy de la opinión que el mundo ha salido adelante por las mujeres, tanto porque son las que nos dan vida, así como porque nos ha educado y cuidado para llegar a donde estamos hoy en día.

    Hace poco te tagge en una nota que me gusto mucho, aquí vuelvo y la comparto en tu blog.

    Las Doctoras:

    Cierto dia, una mujer llamada Anne fué a renovar su licencia de conducción.

    Cuando le preguntaron cual era su profesión, ella dudó. No sabia bien como clasificarse.

    El funcionario insistió: “Lo que le pergunto es si tiene un trabajo”.
    "Claro que tengo um trabajo", exclamó Anne. "Soy madre."

    "Nosotros no consideramos eso un trabajo. Voy a colocar ama de casa", dijo el funcionario fríamente.

    Una amiga suya, llamada Marta supo lo ocurrido y quedó pensando al respecto durante algun tiempo.

    Un determinado día ella se encontró en una situación idéntica. La persona que la atendió era una funcionaria de carrera, segura, eficiente.

    El formulario parecía enorme, interminable.

    La primera pregunta fué: “¿Cual es su ocupación?"

    Marta pensó un poco y sin saber bien como, respondió:

    "Soy doctora en desenvolvimiento infantil y en relaciones humanas."

    La funcionaria hizo una pausa y Marta tuvo que repetir pausadamente, enfatizando las palabras más significativas.

    Despues de tener anotado todo, la joven quiso indagar.

    "Puedo preguntar, “¿Qué es lo que la señora hace exactamente?”

    Sin un trazo de agitación en la voz, con mucha calma, Marta explicó: "Desarrollo un programa a largo plazo, dentro y fuera de casa."

    Pensando en su familia, ella continuó: "soy responsable por un equipo y ya recibí cuatro proyectos. Trabajo en régimen de dedicación exclusiva. La gran exigencia es de 14 horas por dia, a veces hasta 24 horas.”

    A medida que ella iba describiendo sus responsabilidades, Marta notó el creciente tono de respeto en la voz de la funcionaria.

    Cuando regresó a su casa, Marta fué recibida por su equipo: una niña de 13 años, otra de 7 y otra de 3.

    Subiendo a las alcobas de la casa, ella pudo oir a su más nuevo proyecto: un bebé de seis meses, probando una nueva tonalidad de voz.

    Feliz, Marta tomó al bebé en sus brazos y pensó en la gloria de la maternidad, con sus multiplicadas responsabilidades y horas interminables de dedicación.

    "Mamá donde está mi zapato? Mamá, me me ayudas a hacer un lazo? Mamá, el bebé no para de llorar. Mamá, me buscas al finalizar el colegio? Mamá, vas a asistir mañana a mi baile? Mamá, vas de compras? Mamá....”

    Sentada en la cama, Marta pensó: “Soy la Doctora en desenvolvimiento infantil y en relaciones humanas, y qué serían las abuelas?

    Y luego descubrí un título para ellas: Doctoras-mayores en desenvolvimiento infantil y en relaciones humanas.

    A las bisabuelas, doctoras ejecutivas mayores.

    A las tias, doctoras-asistentes.

    Y a todas las mujeres, madres, esposas, amigas y compañeras: doctoras en el arte de hacer la vida mejor.

    En un mundo donde se le dá tanta importancia a los títulos, en que se exige siempre mayor especialización en el area profesional,

    Vuélvase una especialista en el arte de amar.

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  5. Ante todo, gracias a los tres que hicieron acto de presencia y han dejado sus comentarios.

    Darwin: interesante acotación esa de que quienes más sufren la revolución, son quienes más luchan por ella.

    Yasser: es posible que el punto sea que el hombre no quiere caminar ese camino. Entonces ¿puede la mujer retomar parte de su antiguo status sin ser descalificada? Esa es otra arista del planteamiento que bien ilustra el escrito que coloca Elder. Una mujer que vuelve a ser madre y ama de casa por gusto es descalificada!

    Elder: como siempre, encantada de verte y leerte y agradecida por esa colaboración. Nada ilustra mejor el punto que ese título de Doctoras, título que por cierto llevo con orgullo!

    Saludos!

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  6. ¡Campa! ¡Qué bueno que estás escribiendo en tu propio nicho! porque ya tu eres una escritora digital y siempre me ha encantado leerte, pero ahora te estrenas como blogera y ¡uhmju!, con buen pie.

    Tu sabes mi punto de vista con respecto a este tema y si me invitaste a husmear por estos lares es que quieres que venga a repartir más hostias que un cura en semana santa, jajaja ahi voy ;)

    La Revolución, liberación, constipación, manipulación o que se yo femenina para mi se convirtió con el paso del tiempo en "la venganza femenina" porque aquí nadie se liberó, aquí lo que se dio licencia fue a la mujer para competir de manera mal sana con el hombre que por muchos años nos habia pisoteado históricamente y que en vez de tomarlo por el lado inteligente de: "me liberé para poder elegir qué hacer" pues no... se tomó del lado visceral de: "yo puedo hacer más que tu, así que soy más que tu" pues muchacha gafa estas haciendo más y si quieres ser super mujer pues que bonito andar por la vida con una capa y la ropa interior por fuera.

    Antes tampoco estabamos muy bien, me imagino que también recordarás mi pensamiento sobre las mujeres que estamos empeñadas en tener a nuestro lado a un príncipe y que nos traten como princesas, hasta que analizas, ok... a ver... ¿qué es un príncipe? Es un militar que no trabaja y vive toda la vida con su mamá... ay no!

    Reinvindicar la liberación femenina, para mi es: Tengo derecho a no usar mi cuerpo para procrear seres humanos, sino creaciones artísticas, empresas multinacionales y pare de contar, es decidir que aunque tenga ovarios no necesariamente tengo que tener vocación de madre y que si la tengo no pisotear mi vocación tildandome de anacrónica por no dejar a mis hijos huérfanos en una guardería antes de la edad correspondiente, libertad de elegir que rol o roles quiero y cuales no, pero parece que aquñi la Cajita Feliz viene con todo y juguete y te la calas: trabajas, tienes hijos, eres la doctora corazón de tus amigas y la profesora de baile de tus amigos... ¡NO! Para mi Revolución Femenina es que tengo el derecho de ser tratada laboral, legal y socialmente IGUAL que un hombre, cosa que no significa de la misma manera que a un hombre, porque a mi me gusta que me traten con la delicadeza, el cuidado y la mingonería que no trata a un hombre y que con esta liberación dar pie al hombre de conectarse más con su lado femenino sin rollo, porque también necesita liberarse de esos paradigmas de "los hombres no lloran", la mujer pudo explotar esta brecha histórica de mil maneras positivas, ser ejemplo, explotar al máximo su potencial, pero aún en el fondo muchas mujeres exitosas laboralmente llegan a los 30 y como no tienen a su principe azul se deprimen: ¡Libérate mujer! realizarse como ser humano es descubrir que es lo mejor que sabes hacer, disfrutarlo y dar frutos con ello, las super mujeres solo existen en los comics.

    Los aportes masculinos (exceptuando los de mi Eldercito, claro) son bastante lamentables porque creen que su vida está supeditada a una mujer, escrbieron cosas muy de machos, pero el trasfondo es: sin ella estoy perdido. ¡Liberense también!

    Las parejas no son complementos de uno ni del otro, todos estamos completicos para aportar a la relación.

    Un Besote!

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