Para empezar, hay que saber terminar




Hace unos días, a la luz de toda la campaña electoral por las elecciones primarias, el nuevo candidato a la Presidencia y todo el revuelo que esto ha causado, me detuve a estudiar la cantidad de reacciones que la aparición de un candidato con posibilidades de éxito en tiempos de crisis ha despertado en los seres humanos que me rodean y  nacieron muchas reflexiones de ese ejercicio.

En primer lugar, debo confesar que me asombró el  altísimo nivel de adoración generado por el candidato en cuestión entre muchos de aquellos que ponen sus esperanzas en él. Escuché y leí comentario desde lo más sencillo “Es un tipo inteligente” hasta lo más exagerado y elaborado “Dios lo ha puesto en el camino, es el sucesor de Moisés”, etc. , etc.

Posteriormente, me di cuenta como muchos se resistían a reconocer, señalar o al menos sugerir que el candidato podría haber cometido, estar cometiendo o cometer en un futuro algún error o desliz aderezado esto con acusaciones en contra de quienes pudimos sugerir eso basadas en nuestra “falta de esperanza” u “objetividad” ante el individuo en cuestión.
Finalmente, observé que muchos preferían olvidar el pasado, obviar cualquier hecho que pudiera ser negativo y la teoría de borrón y cuenta nueva era la más apropiada para salir del atolladero actual.

Mi ejercicio mental realmente se fue más allá del aspecto político y me intrigó ampliamente el hecho de que el ser humano estando en un abismo, es capaz de hacer un ejercicio consciente de olvidar todo lo malo siempre y cuando tenga un punto de donde sostenerse para salir de allí y muchas veces prefiere seguir sin mirar hacia atrás como si eso no hubiera existido nunca. Esto es aplicable a una mujer en un mal matrimonio donde es maltratada, un hombre en una relación donde su mujer lo engaña, un empleado en un trabajo conflictivo y, por supuesto un pueblo con un mal gobernante.

Y mi pregunta fue: ¿tiene sentido ese olvido voluntario? Pués no, no lo creo por experiencia personal. El olvido voluntario puede ser un arma muy poderosa que alivia dolores en forma momentánea, colorea espacios de tiempo con el tinte inequívoco de “aquí no ha pasado nada” y nos hace sentir extrañamente seguros pero nos lleva irremediablemente a repetir los mismos errores del pasado y regresar al abismo de donde salimos antes de lo que esperamos.

Si como adultos conscientes y maduros no entendemos que en toda realidad que vivimos tenemos una cuota personal de responsabilidad, tanto en el éxito como en el fracaso y que el único camino para seguir adelante implica mirar de frente al pasado para reconocer nuestros errores, apreciar nuestros aciertos y así poder darle la espalda en paz, no lograremos nunca salir del abismo sino encontrar sítios menos dolorosos dentro de él.

El pasado duele, los errores aún más pero tomarlos de la mano los vuelve leves, indoloros en cierto modo porque nos damos cuenta que son parte de nosotros, de nuestro crecimiento y podemos agradecerles el aprendizaje necesario.

Contar con seres que sean capaces de vernos en toda nuestra dimensión y tenga el coraje de señalarnos nuestros defectos cuando no somos capaces de verlos pero también tengan el don de hacernos crecer con nuestras virtudes  debería ser una meta de vida porque es la mejor compañía en el camino largo que recorremos desde que nacemos hasta la tumba. Los aduladores y llorones negativos sólo son baches al final, piedras que esquivar.

Para cerrar, ni la mujer maltratada, ni el hombre engañado, ni el empleado frustrado y menos el Pueblo oprimido alcanzará su libertad, su gloria y su futuro si no hace el ejercicio de reconocerse, perdonarse y tomar en sus manos su destino.



Comentarios

  1. Excelente escrito, Esther! Yo no suelo ser de las personas "llenas de esperanza" porque soy bastante pragmática y práctica; sin embargo, en este momento de coyuntura histórica, lo importante es acabar con este mal no, malísimo gobierno sin parangón en cuanto a nuestra historia democrática se refiere. Yo no creo en HCR como un Mesías, pero definitivamente, CUALQUIERA que no sea HCF o alguno de su combo de acólitos, sirve para sacarnos del atolladero. De hecho, pienso que al sucesor de HCF le costará un mundo medio parapetear el desastre de país que (espero, confío, trato de ser optimisma y tener esperanza) herede. En cuanto a sus capacidades, al menos conocemos su experipencia y trayectoria que hasta ahora, NINGÚN otro candidato en la historia ha tenido. Jamás hemos tenido un candidato que antes haya probado su potencialidad en una alcaldía, en una gobernación y a este chamo le ha tocado hacerlo en un país donde se le han negado todos los recursos simplemente por pensar distinto, por no someterse al loco, y con todo y eso, mal que bien, ha hecho que su municipio primero y su estado después, funcione. (Para un ejemplo comparativo tenemos a Libertador, que es el único municipio en manos de un títere gobiernero y es un desastre!) Así que, al menos este, tiene carta de presentación y las ganas de unir a un pueblo destrozado, separado y sangrante. Cuando recuperemos los poderes, cuando recuperemos el Estado de derecho, cuando recuperemos la Patria, podremos volver a hacer uso de las prácticas democráticas. Ojalá esta pesadilla, esta experiencia, nos enseñe por fin a no tomar la elección presidencial como un concurso de belleza y popularidad (Un Miss Venezuela, pues) y se tome por lo que es: el liderazgo, la gerencia y el manejo de toda una nación. Por mi parte siempre lo he tenido presente, y por eso hasta este domingo, 12 de febrero, siempre había perdido mi voto en las elecciones, porque siempre he pensado en la meritocracia, en el trabajo demostrado y demostrable y no me dejo llevar por el tan cacareado populismo... Tal vez al venezolano le toca ser un poquito más pragmático y menos soñador... No crees? Un abrazo!

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  2. Tristemente esta última elección será una elección de Reina, elegimos a Capriles porque es el más parecido a Chávez: populista, besa viejitas, regalón, pero!!! sifrino! es que el tipo es Chávez Bizarro! HASTA TIENEN LAS MISMAS SIGLAS! HC y HC.... claro, satisfactoriamente para las personas que crecimos en un ambiente de superación y méritos (y no hablo solo de mi casa, todos los venezolanos tenemos data histórica de ser un país así, aunque siempre haya viveza) el Chávez Bizarro es exactamente lo opuesto a lo que rechazamos (igualdad sin méritos y sin capacidad de superación sin una ayuda directa del gobierno central... modelo cubano, que he llegado a la conclusión que por tener ya Fidel 50 años en el poder, es el modelo que los cubanos ya estan acostumbados y no se debe criticar que se les acomode tan bien, a mi no se me acomoda, yo no lo quiero, pero no vivo en Cuba). Si Chávez tiene ya 13 años en el poder, es que a la mayoría le gusta, pero Venezuela se caracterizó desde la decada de los 40's por ser el país más elitesco de toda latinoamerica (ahora somos un basurero...) y nos gustan las cosas buenas, entonces Capriles es la mezcla del chavito regalón que quiere la mayoría, aunque lo calla, y lo elitesco que fuimos alguna vez en tiempos mejores... resultado = Reina de Belleza, status... luego de las primarias fue que empecé a ver en medios sociales la intención de buscar los méritos políticos del hombre! y la necesidad de informar a la masa... jejeje capaz sea un avance, pero parace que dispararon primero y averiguaron después.

    A mi me gusta Leopoldo, todas las razones meritorias, pero en la oposición hicimos un pacto que debe respetarse y además el decidió unirse a priori al candidato ganador, yo espero que las razones sean estratégicas, porque político con buenas intenciones: perdió, así de simple! creo que es hora de aprender eso. Votaré por Henrique Capriles y por todos y cada uno de los candidatos resultantes de las elecciones de reinas, perdón! primarias. Es necesario.

    Un análisis muy introspectivo Campa, ¿qué se estará moviendo por ahí?

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  3. Esther,
    Gracias por esta magnifica reflexión, nunca nos dejas indiferentes, siempre pones a la mente a ir más allá, a no quedarse en la superficie...

    Particularmente no voté por Capriles, sin embargo no lo veo como que "perdí" mi voto, sencillamente expresé mi opinión. Sin embargo, él salió favorecido y por él votaré en octubre, sin creerme en ningún momento que es un mesías, creo que este tipo de percepciones solo nos causan desengaños. Veámoslo como lo que es, un político joven, con ganas de luchar, de devolvernos la paz y de llevarnos de nuevo al camino del progreso. Trabajemos juntos, y dejemos de creer en pajaritos preñados.

    Un abrazo!!

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