Te quiero como eres, no cambies... ¡Te lo advierto!





¿Alguna vez escucharon la frase: te amo exactamente como eres NUNCA CAMBIES y sintieron una clase de satisfacción extraña que los hizo sentir especiales? Probablemente sí. Todos en algún momento de nuestra vida hemos aspirado encontrar un amor (paterno, materno, filial, romántico) que nos dedique dicha frase por un asunto humano de disfrutar de la aceptación total de otro ser humano. Esa aceptación nos hace sentir bien con nosotros mismos, nos da seguridad, tranquilidad y nos “libera” en cierto modo de mejorar porque ¿para qué?


A lo largo de mi vida me he topado con esta frase y solo muchos años después entendí lo peligrosa y engañosa que se puede convertir para uno mismo si no se logra analizarla en lo más profundo de su sentido. "Te quiero como eres, no cambies” es una advertencia de que no se te ocurra evolucionar y progresar porque probablemente ya no seas el mismo de siempre. “Te quiero y no cambies” es una llave sutil a tu personalidad que puede empezar a ahogarte poco a poco y con tal dulzura que no entiendes como el amor te quita el aliento y la paz de esa manera. “Te quiero y nunca cambies” puede enmascarar algo más serio que amor: la incapacidad de tu amante de moverse con la vida, avanzar y con ello, vivir una relación sentimental dinámica y sana, sin condicionamientos de ningún tipo.

Muchos esperan que el objeto de su amor no cambie no por lo mucho que les gusta, sino por lo mucho que los satisface y les ofrece comodidad la manera de ser del otro para poder “vivir” sus propios temores, defectos e incapacidades. Una madre temerosa, prefiere hijos sobreprotectores y viceversa porque les permite sentir su temor libremente y siempre habrá una mano para salvarlos. Un esposo inseguro prefiere una mujer dominante que le marque la pauta de su vida porque así evita la necesidad de asumir esa responsabilidad. Un jefe incapaz prefiere subalternos mediocres que lo hagan ver siempre superior y puedan ser manipulados para ocultar sus propias fallas.

Cuando el “objeto amado” se da cuenta de que, más que ser amado es utilizado y emprende el camino hacia su independencia y crecimiento personal, el “amante” se resiste, lo agrede, acusa de insensible al haber “cambiado” tanto cuando era perfecto. Esta reacción es solo un grito que quiere decir: ¿Cómo crees tú que voy a hacer ahora cuando me obligas a resolver yo solo mis problemas?

El amor “incondicional” y “eterno” casi estático es solo un ideal de cuentos de hadas y novelas. Las verdaderas relaciones humanas están dominadas por el cambio constante, el crecimiento de cada una de las partes y el trabajo diario de construir un poco la relación día a día. No nos dejemos atrapar por ese ideal y reconozcamos a tiempo cuando la otra parte se esconde en nuestra espalda solo para no dar la cara a su propia vida porque nos coloca un grillete dulce que puede atarnos por siempre o hasta cuando sea muy tarde ya para luchar.

Quien nos ama, nos ama independientes, vivos, cambiantes y no solo complacientes o convenientes.

Photo by Basil James on Unsplash

Comentarios

  1. Solamente tengo palabras de agradecimiento por compartir con nosotros un blog tan interesante, y no de esos que hay en cantidad y que leo que están llenos de temas superfluos y que rayan en la egolatría.

    Entre más se analiza el amor (que es una tela de enorme longitud), más nos damos cuenta de su naturaleza fría y calculadora, asi nuestras costumbres indiquen lo contrario y no nos guste aceptarlo.

    Nuevamente, gracias por compartir tus pensamientos y dejarlos al servicio de quienes fervientemente te leemos.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Mil gracias mi anónimo Darwin! Me siento totalmente honrada con tu comentario y está de más decir que cada día me nutro igualmente del compartir con gente como tú en estos eapacios. Un abrazo grande!

    ResponderEliminar
  3. Tal cual, Esther!! La última frase es grandiosa, y aprenderlo es el mayor aporte que podemos dar a nuestra unión para que perdure en el tiempo.

    Gracias por dejarme tu comentario justamente hoy, que andaba de capa caída. No me olvido de que "las casualidades no existen"

    Bendiciones para ti y tu familia!! Y Besos desde Galicia (por ahora) ;)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario